Veintipico de Marzo de 2011.
Después de más de tres semanas de hacerme la boluda, me decidí a llamar a Mi Madre y decirle las cosas en la cara. No podía seguir tragándomelo. Tenía que decírselo o iba a explotar. La llamé y le dije
-¿Podemos vernos? Necesito que hablemos.
-Si, estoy en casa, vení.
Me contestó. Mierda. Mierrrrda. Hubiera preferido sentarnos en un bar cualquiera que tener que ir a su casa. Pero quería sacarme eso de adentro. Así que me subí al colectivo y fui. Temblando. No se porqué me cuesta tanto hablar. Y mucho más hablar con mi madre. Será porque imaginaba cuál podía ser su reacción.
Pero no quedaba otra.
Llegué, hablamos de algunas boludeces, me ofreció un café que no acepté, y finalmente empecé a hablar.
-Antes que nada quería agradecerte por invitarnos de vacaciones. Estuvo buenísimo y lo pasamos genial. Gracias.
-Ok.
-Peeero…. Quería decirte que no me gustó nada lo que pasó esa noche con G.
-¿Qué?
-No te hagas la tonta. La discusión. No me gustó nada. Lo maltrataste. Lo trataste de boludo, a él y a mí también. Y no hacía falta. Yo de última me la banco. Sos Mi Madre. Pero él no tenía porqué. Y me revienta ese maltrato. Creo que ni te das cuenta pero te ponés muy agresiva.
-Me parece que exagerás. Fue una discusión común. La gente discute.
-No me parece, y en todo caso no entiendo porqué tenías que discutir con él de esa forma.
-En realidad la que empeoró las cosas fuiste vos. No tendrías que haberte metido y la discusión hubiera terminado como empezó: civilizadamente.
-Tal vez tengas razón, pero la verdad es que no me la banqué. Esas situaciones me generan muchísima angustia. No las tolero.
-Esa es una dificultad tuya. La gente discute y tenés que empezar a bancartelo.
-Puede ser. Pero igual me parece que no es la manera. No hacía falta que le dijeras a G. que era un inútil que no iba a poder mantener a un hijo, ni que nos echaras en cara que te estás gastando la herencia de la abuela ni que ibamos a tener que pedirle ayuda a Mi Padre.
-Ay… exagerás. No fue así… No era eso lo que quise decir.
-No importa, pero lo dijiste –dije ya con la garganta hecha un nudo y tragandome una catarata de lágrimas- sos muy agresiva. Siempre lo fuiste conmigo y no tengo ganas de bancarmelo más. Basta.
-Siempre lo mismo. Parece que lo único que vos recordás de mí son esas escenitas. Como si nunca hubiera habido cosas buenas. Como si fuera una madre de mierda que lo único que hace es agredirte. Distorsionas las cosas. Además ¿vos pensas que no sos agresiva? Hay algo que se llama la agresividad de la víctima… Siempre te ponés en ese lugar de pobrecita, que los otros te hacen ¿Y vos?
Me quedé en silencio, pensando, llorando. Tal vez tuviera razón. Tal vez yo siempre me ponía en esa posición de denunciar lo agresivo de los otros. De ser una víctima sin poder ver mi propia posición. Tal vez iba a tener que repensar muchas cosas, incluso volver a terapia. La odiaba, pero tenía algo de razón. Y eso me hacía odiarla un poco más. Tenía que reconocerle que a pesar de las muchas putadas que me había hecho en la vida, había muchas más cosas buenas que malas. Que había sido una buena madre a pesar de todo. Abrí la boca e intenté decir algo de esto. Pero solo salieron más lágrimas. Y la garganta se me cerró por completo.
Volví a intentarlo. Entre sollozos logré decir una parte, empezar…
-Es… muy feo lo que me estás diciendo…
pero tal vez sea verdad, iba a decir a continuación, si no me hubiera interrumpido, casi gritando
-¿Ves? ¡Ya estás otra vez en posición de víctima!
Me harté. Me enojé, me cansé. Ni siquiera me iba a dejar darle la razón. ¡Mierda! ¡Así no se puede hablar!!!
-Me voy.
Dije mientras agarraba mi bolso y salía por la puerta.
Amiga! es feo discutir. quizás es cierto y una tiene q acostumbrasrse a pelear... no es nuestro modo lamentablemente.
ResponderEliminarIgual creo q no debería haber hablado con G., lo q sea te lo tendría q haber dicho a vos, no está bueno q se lo diga a él...
como sea... está bien enojarse!
beso!
te entiendo tanto! a mi tb me pasa que me anulan los gritos, y eso que no soy una lady precisamente. pero cuando siento q hay violencia no lo tolero. no puedo, no es que me ponga en víctima, es que no puedo. mi técnica (por ahí te sirve) es distinguir lo mío de lo ajeno, si el otro está rayado, su mambo, si a mi me está por venir (ponele) será que no es tan personal, será que a mi me cayó mal. no se si se entiende, pero bue
ResponderEliminarNunca es lindo discutir..pero hay situaciones o personas que determinan q no se pueda charlar y se suba el tono de la discucion.. Y uno siente una angustia por no poder expresar lo querias decir como si solo fuera un punto de vista diferente..y el otro q siente ese punto de vista diferente como una agresion.. dificil llegar a un campo de entendimiento..
ResponderEliminarSortijera: Si, que feo que es. Y lo peor es que cuanto más uno cree que puede evitarlo, más fea se pone la cosa, parece...
ResponderEliminarTaio: Está bueno eso de distinguir lo de uno de lo ajeno. Pero para eso a veces se necesita distancia, o tiempo. Es dificil poder hacerlo "in situ".
Morocha: con mi madre a veces pareciera que hablamos idiomas diferentes. ¡No hay chance que nos entendamos! Y eso que a la lengua de uno se la llama la "lengua materna". Que contradicción.
Besos a las tres!
M.