31 de marzo de 2011

Setenta y tres.


18 de Febrero de 2011.

Por suerte Mi Madre vino a buscarnos a la estación y nos fuimos a tomar un rico café con medialunas mirando el mar. Estaba horrible. Hacía frío y llovía. El día perfecto para dormir. ¿Y qué mejor manera de empezar unas merecidas vacaciones que durmiendo?
Mi Madre se fue a jugar Burako con sus amigos (¡Gracias a dios por el Burako y los amigos!) y nosotros fuimos a instalarnos en el departamento.
Cuando entramos nos quedamos mudos. La vista desde la ventana era espectacular. No hay nada más lindo que ver el mar desde la ventana. Hermoso. Y la vista desde nuestra habitación era la misma. Acomodamos las cosas así nomás y nos tiramos en la cama, dispuestos a dormir un buen rato. Estábamos muertos. Nos abrazamos mirando el mar… y unos segundos más tarde la ropa estaba volando por toda la habitación, la cama hacía un ruido horrible y el colchón se hundía bajo nuestro peso. ¡Así vale la pena estar de vacaciones! Cuando recuperamos el aliento nos quedamos dormidos desnudos y enredados bajo las sábanas. Lástima que ya no estaba ovulando.

Después del mediodía nos levantamos, comimos algo y nos fuimos a ver el mar. Y nos sentamos en la playa abrazaditos.



-Esto era lo que necesitaba. No me importa que no haya sol.

29 de marzo de 2011

Setenta y dos.


18 de Febrero de 2011.

Pasamos con pocas ganas el último día de trabajo, armamos nuestros bolsos y nos subimos al micro. Salía de Retiro a las 2.30 de la madrugada, la idea era llegar el viernes tempranito para aprovechar el día. Nos acomodamos, reclinamos los asientos, nos dimos un beso e intentamos dormir. Estábamos muertos de cansancio. Todo parecía estar bien hasta que a último momento antes de salir se subió al micro la familia más ruidosa del mundo. Eran una pareja mayor con dos hijos varones grandes. No encontraban sus asientos. Fueron y vinieron mirando los cartelitos y poniendose un anteojo más grande que el otro, hablando fuerte y preguntando. Hasta que finalmente se sentaron. Justo al lado nuestro, del otro lado del pasillo. Qué suerte la nuestra.

-Esto va a estar complicado…

Me dijo G. y yo rogué que se equivocara.

Un rato más tarde empezaron a sacar de sus bolsos montones de bolsitas, de esas que hacen ruido, mucho ruido. Hablaban, tomaban mate y se movían todo el tiempo ¡No podían quedarse quietos! Puta madre… y yo que quería dormir! Cuando terminaron de acomodarse volvimos a intentarlo, nos acomodamos como pudimos, ¡Qué incómodos son los asientos de micro! Y logramos dormirnos un rato.

Solo un rato…

Todavía no había amanecido cuando empezaron otra vez con el show de las bolsitas. El padre iba y venía de su asiento al de sus retoños, que estaba justo atrás. Cuando logré recuperar la conciencia me dí cuenta que uno de los hijos, que estaba atrás venía vomitando todo el viaje, ¡Para eso las bolsitas!
Pobre pibe… pero ¡Qué asquito!!

A eso de las 5 de la mañana la señora se puso a cebarle mates a su marido, y a hablar, y hablar, y hablar.

-¡Por Dios! ¿No se callan nunca?

Por suerte para nosotros ya no faltaba tanto. Intentamos dormir un ratito más, pero se complicaba. Un buen rato más tarde, llegamos al fin.

¡Al fin vacaciones! Era la primera vez que G. y yo viajábamos juntos, desde que nos conocimos, me moría de ganas de abrazarnos mirando el mar.

Pero nos bajamos del micro… y llovía.

24 de marzo de 2011

Setenta y uno.


16 de Febrero de 2011 (cont.)


-Ah, claro… Pero esto éstá dentro de lo normal. Si hacés un promedio tiene que dar 28 más o menos…

-Si… pero y entonces ¿cómo se cuándo ovulo, cuándo tengo un atraso…?

-Bueno tenés que mirar el flujo y cuando esté como clara de huevo y lo estires con los dedos y…

-Yo me compré estos tests de ovulación –le muestro el que tengo en la cartera- ¿Son buenos?

-mmmm… si…

-¿Y cuándo los tengo que empezar a hacer?

-El día 10 contando a partir del primer día de tu ciclo.

No puedo creer que vengo hasta acá para que me diga lo mismo que dice en la cajita, no se quién es más boluda, si ella o yo por venir al pedo…

-Todavía es pronto para hacer análisis de fertilidad. Lo que podemos hacer es mandarte una ecografía por las dudas, y un análisis de sangre para ver cómo están tus hormonas. Éste te lo tenes que hacer el día 23 de tu ciclo. Y... ¿Estás tomando Ácido Fólico, no?

-No, lo intenté pero me caía mal.

-No puede ser…

No quiero tener esta discusión otra vez, por Dios… no!

-Por ahí si probamos con otra marca…

Haceme la receta y listo, –pienso- así me voy de una vez. Acá la que decide qué toma y qué no toma soy yo! Pero no digo nada y sonrío mientras garabatea las órdenes.

-¿Es normal que demore tanto? Porque toda la gente con la que hablé quedó mucho más rápido…

Si, soy una boluda ¡Soy una boluda! ¡Mirá lo que le estás preguntando!!! ¡Tarada!!

-Si, es normal. No creas todo lo que la gente te dice. Para la mayoría de las parejas es normal tardar hasta un año… o más. Lo que pasa es que nosotros queremos planificar todo, y que todo salga como nosotros esperamos. ¡Y hay cosas que no se pueden planificar!

Al fin te escucho decir algo interesante. Tenés razón.

-Tenés razón. Todo no se puede planificar.

-Volvé a verme cuando tengas los resultados.

La saludo y me voy con los papelitos en la mano. Pensando…

22 de marzo de 2011

Setenta.


16 de Febrero de 2011

Se venían las vacaciones al fin, pero antes tenía que pasar por el consultorio de mi Ginecóloga. Me armé de paciencia, caminé las cuatro cuadras que me separan de su consultorio y entré. Mientras la secretaria pasaba la tarjeta de mi prepaga me puse a mirar de reojo el cuadernito donde tenía anotados los turnos. ¡Y ahí entendí todo! La muy guacha tiene citadas dos pacientes para cada horario, con una diferencia de quince minutos. ¡Dos pacientes cada quince minutos! ¡Con razón me tiene esperando una hora en la sala de espera!
Que hijadeputa… con tal de no perder unos pesos si falta alguna… Bueno, me tengo que buscar otra, pero por ahora me la banco porque me queda cerquita.

Finalmente me llama al consultorio, y entro.

Mira la fichita, me mira y dice…

-Yo te vi el año pasado…

-Si, yo dejé de tomar las pastillas, me hice un chequeo y estaba todo bien. Pero va pasando el tiempo y sigo sin novedades…

-Bueno, pero ¿cuánto hace?

-Y… ya van a hacer 10 meses.

-Hay que esperar hasta el año por lo menos.

-Pero además estoy muy irregular, quería ver si me podés ayudar a pensar cuándo estoy ovulando, acá te traje anotada las fechas de mis últimas menstruaciones.

Mira la hojita donde anoté las fechas y la cantidad de días que pasaron entre una y la otra.



-Pero esto está bien, ¡No sos irregular!

-¿Es normal que me venga entre 24 y 31 días? ¿No tiene que ser cada 28? ¿O al menos todos los meses igual?

-No, no somos todas iguales. Pero si tu última menstruación fue el 31… ¡Tenés un atraso!?

-Fue el 31 de Enero, hoy es 16 de Febrero…

Digo, y hago silencio. No puede ser que te cueste hacer esa cuenta... No podés ser tan boluda, no podés ser tan boluda, ¡Dios!...

19 de marzo de 2011

Sesenta y nueve.

Febrero de 2011

Después de una larga conversación con enojos y discusiones incluidas, nos fuimos a dormir. Sin sexo. Para mí la angustia y el sexo son altamente incompatibles. Y además seguía teniendo dudas de si era un buen momento para seguir buscando un embarazo.

Al día siguiente me levanté con ganas. Seguía teniendo mis dudas, pero decidí no pensar más en eso. Era al pedo hacerme la cabeza, si se tenía que dar de iba a dar, tanto el embarazo como la mudanza, pero la verdad es que como venían las cosas, había pocas chances de cualquiera de las dos cosas, ¡Y menos de que se dieran las dos cosas juntas!

-Ah, ¿ahora sí querés? ¿Pero quién te entiende?

Me preguntó G.

-No, no se… tampoco me lo hagas pensar demasiado. Pero veamos qué pasa. No perdamos la chance…

Así que probamos ese día, y el día siguiente también por las dudas.

Ahora solo quedaba esperar… Por suerte se venían las vacaciones…


17 de marzo de 2011

Sesenta y ocho.

Febrero de 2011

Salimos de la ducha y yo me quedo en el baño secandome y tratando de aguantarme las lagrimas. La libido se me fue por la cañería. No puedo dejar de pensar. ¿Y si le sale el trabajo y nos tenemos que ir a vivir a Brasil? ¿Qué hago con mi trabajo? ¿Justo ahora que me está por salir un trabajo rentado de mi profesión? ¿Ahora que me maté estudiando para el examen de residencia? ¿Ahora que estoy por ovular? ¿Y si quedo embarazada y me tengo que ir, y no solo tengo que cambiar de lugar, de idioma, dejar mi familia y mis amigos, sino que también voy a tener que cambiar de médicos, de clínicas? ¿Voy a parir con un médico que habla en otro idioma? ¿Voy a cuidar a un bebé sola? ¿Sin tías, sin abuelas, sin amigas? ¿Y cómo hago para laburar allá? ¿Me validan el título o tengo que empezar de nuevo? ¿Puedo atender pacientes en un idioma que no es el mío? Puta madre, cuántas preguntas… y justo hoy que…

-Amor… te estoy esperando en la camita…

Susurra G. desde el cuarto. No tiene ni idea de todo lo que estoy pensando. No tiene ni idea de que justo ahora, ya ni sé si quiero quedar embarazada. Justo ahora con ésta angustia ya no sé si puedo coger…

-¿Ahora? ¿Después de lo que me acabás de decir?

-¿Qué cosa?

-Lo de Brasil.

-Ah… pero yo pensaba que era una buena noticia…

-Si, es una buena noticia. Pero de golpe me cambia todos los planes…

-Pero es solo una probabilidad, no sé que va a pasar.

-Sí, pero ya no es lo mismo. Lo habíamos hablado hace más de un año. Me puse a estudiar Portugués, me ilusioné, me terminó gustando la idea. Y después no salió y yo seguí mi vida… Me rompi el culo para dar ese examen, entré en la concurrencia, y vos sabes que hace mas dos meses que estoy apostando a conseguir un trabajo de lo mío…. Un trabajo que me de algo de guita… y ahora que por fin parece que hay un par de posibilidades... ahora siento que es todo al pedo…

Digo, y se me cierra la garganta y las lágrimas me nublan la vista.

-Bueno, pero no te apures, vamos a ver qué pasa. La probabilidad es baja…

-Sí, pero mientras tanto yo que hago? ¿Sigo mandando currículums? ¿O es al pedo? Y encima si se da… tal vez tengamos que mudarnos en unos meses… y yo no se si quiero irme embarazada…

Y el llanto no me permite seguir hablando. Esa noche no iba a ser.

15 de marzo de 2011

Sesenta y siete.

Febrero de 2011

Esa es la gran desventaja de comprarlos por internet. Vienen sin caja, sin plastiquito y sin manual. Pero yo había visto las indicaciones en algun lado. Me senté en la compu y abrí la página por donde lo había comprado. Por suerte la había guardado en mis favoritos. Me fijé en los resultados y decía algo así:




Ok, entonces, si la línea de control es la de arriba (del lado verde del test) entonces este resultado es un negativo… Ufa!

Vuelvo a hacer el test al día siguiente, y ésta vez sí, me parece que las líneas están las dos del mismo color. ¿Será? ¿O ya estoy viendo cualquier cosa? Salgo desde el baño con la tira en la mano y le pregunto…

-Amor… ¿Están las dos del mismo color o la de arriba es más oscura?

-Mmm… me parece que la de arriba es más oscura… Pará ¿Cuál es arriba?

-El lado verde.

-Ah, no… entonces es más oscura la de abajo!

-Es positivo entonces!!

-Mmmm… bueno, que te parece si nos damos una ducha juntos y vemos que pasa?

Vamos al baño juntos, sonriendo y de la manito. Abrimos la ducha, entramos, nos enjabonamos, nos hacemos mimitos… Por primera vez sabemos que lo estamos haciendo como deberíamos, en la fecha que tenemos que hacerlo! Es genial. Y Mientras nos enjabonamos, nos hacemos masajitos, me dice

-Tengo que ponerme a practicar mi portugués…

-¿Porqué?

-La semana que viene tengo una entrevista con unos brasileros de una empresa grande, quieren ofrecerme un puesto de trabajo para Río de Janeiro…

-… Ah... que bueno…

Le digo, mientras siento que se me arma un nudo en la garganta que no va a ser fácil de desatar. Me doy vuelta y me enjuago la espalda mientas se me cae una lagrimita… o dos. ¿Justo hoy me lo tenías que contar?

12 de marzo de 2011

Sesenta y seis.

Febrero de 2011

La otra duda que me quedaba era si éstos tests comprados por internet serían tan confiables como los comprados en la farmacia. Pero no había manera de comprobarlo, iba a tener que confiar en lo que decía el vendedor. Según la página en la que los promocionaba, tenían una sensibilidad de 25mIU/mL, aún más sensibles que los Evaplan, y estaban aprobados por la FDA y la CE (¿Qué cuernos sería eso???) En fin. Hay cosas que mejor no pensarlas tanto.

Llegó el Miércoles, la fecha que había marcado en mi agenda para empezar a hacer los tests. Según había leído, recomendaban no hacerlo con la primera orina de la mañana, porque aparentemente es más concentrada y puede alterar los resultados del test, ni tomar demasiado líquido antes de hacerla, y preferiblemente retener la orina al menos dos o tres horas. También recomendaban hacerla todos los días más o menos a la misma hora. Pero todo no se puede. Ni siquiera se si puedo retener la orina 2 o 3 horas sin mearme encima.  Por suerte los miércoles, durante el verano, no trabajo a la mañana, así que tenía tiempo. Alrededor del mediodía agarré un sobrecito cerrado con uno de los tests y me fui al baño. Pero… ¿dónde iba a poner la orina? Estos tests venían sin el plastiquito ese… ¡tendría que haber guardado alguno! Mierda. Me fui hasta la cocina y agarré una compotera de plástico, de esas que ya no uso hace mucho, y lo hice ahí. ¡Qué asquito! Después la dejé en el baño, por las dudas, no sea cosa que la confunda y la use…

El resultado dio Negativo. Una sola línea.

Volví a hacerlo al día siguiente y me dio algo así…




¿Qué cuernos era eso? ¿Un negativo o un positivo?


10 de marzo de 2011

Sesenta y cinco.

Febrero de 2011

Volví a meterme en internet a buscar precios. Tenía que haber algo más barato, justo en este momento que estamos sin un peso, y tratando de juntar las moneditas para poder irnos de vacaciones no podemos pagar una fortuna. Me metí en todas las páginas de venta online para conseguir los mejores precios. No tenía mucho tiempo, Mi última menstruación había sido el 31 de Enero, así que tenía que empezar a hacerme los tests la semana siguiente para no perder un mes más. Buscando y buscando encontré una buena oferta:

18 test de ovulación + 3 test de embarazo = $ 78*

Por casi lo mismo que el Evaplan, eso tenía que alcanzarme para al menos dos o tres meses. Ojalá que no necesitara tantos… pero la verdad es que ya venía medio desilusionada. Los encargué y me los entregaron a fines de esa misma semana. Seguía con algunas dudas de cómo hacerlos y cómo interpretar los resultados, así que levanté el teléfono y pedí un turno para La Ginecóloga. Ella tendría que poder explicarme bien cómo usarlos. Y de paso podía preguntarle si era normal que fuese tan irregular, o si tenía que hacerme algún análisis. Lástima que no tenía turnos para la semana siguiente, me dieron para la otra semana, justo después de mi fecha probable de ovulación. Una pena, pero para algo me iba a servir. Al menos para quedarme más tranquila.

Bueno, ya tenía los tests… ahora había que empezar a hacerlos. Hice mis cuentas. Si la última vez me vino el día 31… entonces el día 10 de mi ciclo tendría que caer el día 9 de Febrero. Eso era… el próximo Miércoles...


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*No quiero hacer publicidad acá, pero si alguna necesita el dato de dónde los compré me avisan y se los paso. En la columna de la derecha está mi mail.

8 de marzo de 2011

Sesenta y cuatro.

Y así pasó el último día del año. Con discusiones y dolor de ovarios. ¡Gracias a la vida por el vino y el Ibuprofeno! Cuando se hicieron las doce G. y yo nos miramos, y brindamos porque eso que tanto deseábamos se diera al fin en este nuevo año.

Pero pasó Enero y empezó Febrero y todo seguía igual. Otra vez dolor de ovarios, otra vez sin novedades. La Maca la tuvimos que dejar porque estábamos los dos (al menos no soy yo la única loca mañosa) con dolor de estómago. Mis ciclos seguían siendo irregulares. Tenía uno o dos de 26 o 27 días, después uno o dos de 31 o 32, y así. Imposible predecir nada. Y otra vez empecé con las malditas dudas. ¿Será que estoy haciendo bien los cálculos? ¿Cómo hago para saber bien cuando ovulo?

-¿Y si probamos con los Test de Ovulación?

Le pregunté un día a G., y me puse a averiguar. Me metí en internet y volví a consultar a Dr. Google.

Leyendo y leyendo me enteré que las pruebas de ovulación caseras son similares a las de embarazo, pero detectan un pico en la hormona luteinizante que se produce de 24 a 48 hs. antes de la ovulación. Aparentemente hay también un nuevo sistema que mide el aumento de la hormona en la saliva con un pequeño microscopio, que puede reutilizarse, a diferencia de las tiras reactivas que son descartables. No es tan caro, pero me parece un poco confuso de leer el resultado, habrá que ver...
Mejor primero probar con las tiritas un par de meses. La duda que me surge ahora es cómo saber cuándo empezar a hacer los test. Según las recomendaciones que voy leyendo, para ciclos de 26 días debería empezar los test el día 10 y repetirlos todos los días hasta que me de positivo. El problema es que para los ciclos de 32 días el positivo puede aparecer recién el día 18, y eso quiere decir que tendría que hacerme las pruebas todos los días durante 8 días. Y por lo que veo no son baratas…
Voy a tener que averiguar primero en la farmacia, para ver los precios…

Al día siguiente fui a la farmacia y pregunté.

-¿Tienen Tests de Ovulación?

-Si, tenemos éstos –dice el farmacéutico, y me muestra los Evaplan.

-Ok, ¿Cuánto salen?

-Salen $75 la cajita, trae 5 tests.

¿75 pesos por 5 tests? Eso viene a ser como… ¡15 pesos cada uno! ¡Carísimo!!! Y encima ni siquiera se si con una cajita me alcanza!


3 de marzo de 2011

Sesenta y tres.


Diciembre pasó volando y llegaron las fiestas. Las dichosas fiestas, una maravillosa fuente de discusiones sin fin. ¿Con tu familia o con la mía? Es un clásico de estas fechas y las complicaciones se suman. Resumiendo, la noche del 24 la pasamos en la casa de una amiga comiendo un rico pescado a la parrilla y metiendonos a la pileta. Solitos los tres. En mi familia no se festeja la navidad y Mi Suegra se fue a visitar al hermano de G. que vive en Tandil con su mujer y sus dos retoños. El lío mayor se armó para año nuevo. Todos los años lo mismo. La familia de él lo pasa en la casa de Los Tíos que tienen casa en un Country (puaj) de Pilar. Son ochocientos mil… y todos tanos. ¿Se imaginan el dolor de cabeza? Pero lo peor de todo no es eso… sino ¿Cómo carajo llegamos a Pilar sin auto? O peor aún ¿Cómo nos volvemos? ¿En un taxi, por la ruta llena de conductores ebrios? ¿Pagando una fortuna por viajar como el orto? Todos los años lo mismo. Él dice que no quiere ir, que en realidad no soporta a nadie y blablabla, pero en el fondo yo se que un poco de ganas le dan. Y si yo le doy un empujoncito vamos. Pero yo no se si tengo tantas ganas… en fin.

-Amor, pensalo. -digo- Si tenés ganas de ir al country vamos…

-No, ni en pedo. Sabés que no me los banco…

No insisto. La verdad es que prefiero pasarlo con mi familia, y más cerquita de casa. Volver de allá es un caos y ni en pedo me quedo a dormir. Todo arreglado, lo pasamos en lo de Mi Madre, con Mis Hermanas.
Pero un día antes de la fecha empiezan los problemas otra vez. Me llama Mi Madre y me pregunta:

-¿Lo hacemos en casa o en lo de Tu Hermana?

-No sé, Ma, como quieran. A mí me da igual.

G. pone cara de culo. Un rato más tarde lo llama su Madre. Le dice que no seamos mala onda, que vayamos al Country, que ellos nos llevan en remisse. Que viene su hermano con la mujer y las nenas. G. le dice que no sabe. Y las discusiones empiezan de nuevo. Claro, mi familia no es como la de él. La verdad es que no le damos gran importancia a las fiestas, ni a la organización. Si fuera por nosotros pedimos unas pizzas y listo, mientras haya vino… Pero él está acostumbrado a otro tipo de festejos. Y por si todo eso fuera poco me levanto el día 31 y me encuentro con la noticia: me vino.