Comí un poquito de chocolate para relajarme mientras intentaba encontrar alguna posición en la que las contracciones dolieran menos. Probé en cuclillas, arqueando la espalda como gato, acostada... Por ahora todavía se soportaban respirando hondo... y pasaban, pero se veía que eso iba a empeorar.
En cuanto terminó la última me dispuse a llamar a La Partera Desconocida. Llamé, llamé y llamé. Imposible comunicarse. Ya estaba empezando a desesperarme. Finalmente logré comunicarme y me dijo que... ¡Estaba justo asistiendo un parto!! Hay veces que sinceramente creo que mi vida es una película de Woody Allen... o de Almodovar... me dijo que esperara un poco más y que cuando las contracciones fueran cada cuatro o cinco minutos fuera saliendo para la clínica, tranquila, y que le avisara a ella, así se iba para allá (en el mejor de los casos, si ya había terminado el otro parto). Pero que no me preocupara, que había tiempo.
Mientras tanto yo trataba de respirar hondo, de esperar y de no ponerme ansiosa y G. no paraba de preguntar, con su Iphone en la Mano
-¿Ya empezó? ¿Ya terminó? ¿Llamamos el remisse ahora? ¿Mirá si no llega? ¿Mirá si... AY LA RE PUTA MADREEEEEEEEEE -gritó desde el pasillo...
-¿Qué pasó???
-Paraaaaa, paraaaa.... que se me cayó el Iphone... la putamadreeeee -gritaba mientras iba y venía como loco prendiendo y apagando el teléfono -No anda, no anda! Justo ahora ...no te lo puedo creeeeeeeeer....
-G. estás por tener un hijo, ¿te das cuenta? Y vos puteando por tu telefonito de mierrrrdaaaaaaaaaa
-Pero como voy a sacar fotos, como voy a filmar, como voy a avisarle a la genteeeee...
-Bueno, lo haras con el mío, o sino ocupate de vivirrrrrrlo... ayyyyy laconchadelaloraaaaaaa- grité lo que se iba a convertir en mi mantra en las siguientes horas, mientras tenía una contracción más dolorosa que la anterior...