5 de octubre de 2010

Tres.

Podría decir casi con seguridad que en los primeros 30 años de mi vida nunca pensé en ser madre. Me corrijo: la mayor parte de mi vida me la pasé pensando que NO quería tener hijos. No porque no me gustaran los niños. De hecho me encantan. Era más bien porque no podía pensar que mi hijo tuviera que soportar una madre como yo. Si, ya se que esto puede sonar contradictorio, y no digo que no lo sea, pero así fue. No por nada llevo once años de análisis. Las razones son muchas, pero principalmente creo que tienen que ver con mi Madre (¿cuándo no…?). Recuerdo una escena de cuando tendría unos doce…

Mi madre estaba en uno de sus días malos, en esos que por peleas con mi viejo, supongo, todo era gritos y gritos. Yo estaba en mi cuarto tratando de estudiar, pero escuchaba sus taquitos ir venir de un lado al otro de la casa, revoleando cosas y refunfuñando. Yo era la mayor y la ligaba seguido. Obviamente lo que menos podía hacer era estudiar. No había forma de concentrarse. Me puse a garabatear una hoja de carpeta en blanco cada vez más angustiada. Hasta que pasó lo que tenía que pasar: abrió mi puerta con la cara desencajada y empezaron los gritos. Ya no recuerdo qué había hecho o dejado de hacer, ni creo que fuera nada relevante. Tal vez alguna trivialidad como no haber lavado los platos o tener el cuarto desordenado, cosas típicas de adolescentes. Pero mi vieja cuando se enojaba tenía una lengüita de víbora que soltaba sin filtro las frases más duras de escuchar, las más inadecuadas. Decía que quién la había mandado a tener hijos, que éramos unas desagradecidas, que la queríamos matar y qué se yo cuántas barbaridades más. Gritó y gritó mientras yo me quedaba muda, cada vez más absorta en mis garabatos, tratando de desenchufarme y no escuchar. Tragándome las lágrimas para no darle el gusto de que me viera llorar. Ya había comprobado que contestarle solo la ponía peor y alargaba la tortura. Cuando pasó la tormenta y se fue dando un portazo, no podía dejar de pensar. Pensaba que hay gente que no tendría que tener hijos. Que no es justo que los hijos tengamos que soportar los desbordes de la locura de los padres. ¿Yo seré igual como madre? -me preguntaba- Tenemos los mismos genes... 

Y así mientras me enroscaba en mis pensamientos, casi sin darme cuenta, escribí en ese papel:


 Nunca voy a tener hijos.

Casi como un mantra. Un mandato autoimpuesto.
Lo guardé en el fondo del cajón y ahí quedó por muchos años. Casi podría decir que me olvidé de su existencia. Del papelito y de la promesa. Pero nunca de los pensamientos que me llevaron a escribirlo.

De más grande y con muchos años de análisis encima pude recordar esa escena y ese papel, y ver los efectos que había tenido en mi vida sin siquiera tenerla presente. Tuve que darme cuenta de mi propia incoherencia. En vez de enojarme con mi madre había optado por enojarme conmigo misma, negándome la posibilidad de ser diferente, de ser una madre mejor. -Ser madre trae problemas, mejor no serlo- era el razonamiento. Cuando lo que debía haber pensado era que Ser hija trae problemas. O más bien Ser hija de... . Lo más lógico hubiera sido enojarme con ella como hubiera hecho cualquier otra persona. Pero a veces pienso raro.

Y eso no siempre es bueno.

14 comentarios:

  1. Es tan raro, pero pienso igual. Me tocaron unos padres que dejan bastante que desear, y me han dado muchas más escenas como la que relatas.
    Sí, soy joven pero ya decidi que no tendre hijos. Y también lo anote en mi diario hace años.
    Aunque se me suman otras razones, también por la bendita familia. Creci con la cultura del "no querer vivir" de la vida como sufrimiento y la muerte como salida. mmm suena fuerte ahora que lo leo pero es así; entonces me preguntaba: ¿cómo personas que no Aman la vida traen hijos al mundo?

    ResponderEliminar
  2. Qué jodido!

    Dado mi último post no sé si es buena idea que siga leyendo este blog, pero... ya estás agregada a mi reader.

    ResponderEliminar
  3. Deb: Por suerte el tiempo nos da revancha y uno a veces puede cambiar de idea...

    Pau: Si, leí tu último post... que casualidad! Creo que tu G. me va a odiar si seguis leyendo

    Jajaja

    Besos a las dos!

    M.

    ResponderEliminar
  4. La verdad es triste pensar que uno no puede porque los padres no supieron o no lograron ser buenos, pero nosotras somo personas diferentes, cuando el amor llega o se consolida, las ganas de formar una flia o tener una vida dentro tuyo que forma parte de la persona que amas es mas fuerte que el mal ejemplo de los padres.
    A mi por ejemplo, me paso todo lo contrario Mama es re mama, siempre nos cuido y nos dio todo, era mama tiempo completo, y quizas lo que yo veia era que no se desarrollaba en otros ambitos de la vida, por eso yo eligi una profesion y trabajar y postergue ser una madre super joven como ella (que me lleva 20) y ahora que estoy esperando mi bebe desearia parecerme a ella. Que contradicción, a veces uno escapa de algo que en el fondo termina queriendo tener.

    Deb ojala algun dia cambies de idea y desees ser mama creo que el que mira para atras y no tuvo hijos por miedo a termina arrepintiendose, ademas se nota que podes diferenciarte de lo que tus padres te demostraron.

    Besos

    ResponderEliminar
  5. Laura: Claro! Por eso lo cuento. En la vida uno va pensando cosas distintas y por suerte los años y las experiencias (y en mi caso el psicoanálisis) nos van cambiando.

    La vida nos da sorpresas como dice la canción!

    Besos!

    ResponderEliminar
  6. Nas!!!

    Que tema, que tema... me dará dolor de cabeza xDD

    Yo me sumo a la lista de las que (al menos de momento) estoy necia con que no quiero tener hijos. Sé que puedo cambiar de opinión...al fin y al cabo lo hago constantemente con otras cosas, porque creo que según aprendemos y ganamos experiencia, cambiamos.

    Pero este tema en específico es algo preocupante!! Me estresa el sólo considerarlo... sé que podría ser una buena madre, pero es tener la responsabilidad de una vida, por el resto de tus días, no hay días de descanso, no hay vacaciones, ni un sólo segundo de tu día volverá a ser igual, vivirás preocupada de que si está feliz, de si le va bien en la escuela, de que si lo molestan, de que no está comiendo como debe, de que se desvela mucho, de que se junta con indeseables, de si estaba tosiendo antes de salir de casa, no salió con suéter...de que tiene malos hábitos, de que si se tarde 5min más en llegar a casa ya estás pensando lo peor, que el mundo está en las últimas, de que hay desastre, caos, violencia y crimen por todos lados.... >.<!!!! puufff....puuufff!!!! Obviamente es un "trabajo" con muchas alegrías... pero igual veo a mi madre y a veces me pregunto ¿cómo rayos tolera toda esta presión?!! Es demasiado, si antes ya era difícil ser madre, en el mundo en que vivimos ahora, es muuucho más difícil...

    Pero bueno... creo que me emocioné de más... aaahh.... necesito dormir!!! xDD

    Bueno, espero el siguiente post para entender bien hacia donde va esto que ya estoy muy picada con tu historia xD

    ResponderEliminar
  7. Kyara: como vos lo contás suena muy estresante! Pero creo que se puede un poquito más relajado, sino pobre pibe!
    bah... no se... cuando me llegue te cuento!

    Besos!

    M.

    ResponderEliminar
  8. Es triste, pero ¿cuántas veces nos la agarramos con nosotros mismos en lugar de con quien es parte (o todo) el problema?
    Besos

    ResponderEliminar
  9. Marina: Eso depende de cuán culposos seamos. En mi caso, mucho!

    Besos

    M.

    ResponderEliminar
  10. Ahora empiezo a entender NUESTRAS semejanzas!
    Ja!

    Mi madre me jodio de la misma forma!
    Voy por mi 9no. año de análisis y todavía me pregunto si puedo ser madre, si los joderé de igual forma, si puedo manejar mi narcisismo.

    Chan!

    A mi me hacía lo mismo!

    ResponderEliminar
  11. Flor: Me parece que hay parte inevitable... y parte evitable.
    Lo máximo que uno puede hacer es estar advertido de eso!

    Besos!!

    M.

    ResponderEliminar
  12. Una entrada increible, como puede marcar tan hondo algo que tu madre seguramente nisiquiera pensaba en realidad, talvez fue por el enfado, pero a ti te ha marcado desde la infacia, hay que tener mucho cuidado con lo que se dice...

    ResponderEliminar
  13. Dona: Es cierto, los padres nos marcan de por vida!! Uno pasa por etapas de mucho enojo, hasta que con mucho trabajo y terapia uno termina por entender que son humanos (como uno) y hacen lo que pueden!! (Y lo mismo nos pasará a nosotras como madres)

    Besos!!

    M.

    ResponderEliminar
  14. uau!!! Lei la pelea con tu madre y me identifiqué totalmente! Me pasó en varias ocasiones de tener que recibir sermones sin haber hecho nada, y no poder opinar porque era peor.
    En mi caso siempre supe que queria tener hijos, pero todavia no me siento preparada (ya tengo 31, asi que seré una madre añosa evidentemente). Tal vez todo llegue a su debido momento.
    Recien empiezo a leer tu blog pero me enganché, vamos a ver como sigue..
    saludos!!!!

    ResponderEliminar

Sacate las ganas y decilo...