Cuando me enteré del positivo, una de las primeras cosas que hice (antes de llamar a La Ginecóloga) fue llamar a Mi Analista. Hacía casi un año que había dejado de ir, después de muchos años seguidos finalmente sentía que no tenía mucho por decir. Pero esto lo ameritaba. Me angustiaba la ambivalencia que me generaba la buena noticia, y aunque sabía que eso era perfectamente normal, sentía que necesitaba hablarlo con alguien. Y como habíamos decidido no contarle a nadie… bueno, ella que me conocía tanto era la persona indicada.
Llegué la primera sesión, después de tanto tiempo y dije…
-C. me acabo de enterar que estoy embarazada.
-¡Felicitaciones! Yo pensé que ibas a venir con panza ya...
-Si, hacía rato que lo estábamos buscando y no se daba… pero justo ahora me agarra en un momento complicado… estuve todo el verano buscando trabajo, mandando currículums de acá para allá y no me respondían de ningún lado. Justo hace unos días me confirmaron de la Obra Social X, ellos estaba buscando alguien para atender en zona sur… y bueno, justo ahora que recién estoy empezando me entero…
-Esas cosas se dan así, probablemente cuando te relajaste un poco por lo laboral se dio lo otro…
-Si, es cierto, pero ahora ¿Cómo hago? Es lejos, y tengo más de una hora de viaje, entre el tren y el subte… ¿Cómo voy a hacer con la panza? ¿Y con el bebé? ¿Cómo hago para tomarme una licencia después de parir? ¿Me van a seguir derivando pacientes después? Tengo tantas dudas…
-Bueno, no te enrosques. Todas pasamos por esto y se puede. En todo caso tendrás que mudarte para allá… atender en tu casa, cortar cada 3 o 4 horas para dar la teta…
-Sí, puede ser… no lo había pensado… Pero G. me va a querer matar. ¡Vivir en el conurbano! No se si se lo va a bancar.
-Se lo va a tener que bancar. No hay mucha opción, no?
-Parece que no.
-Lo otro que me preocupa es qué hacer con la familia. Todavía no les conté nada…
-¿Porqué?
-No sé, me parece que es demasiado pronto. Todavía no hicimos los controles, y estoy de pocas semanas… mejor esperar hasta los tres meses ¿No?
-Eso es un prejuicio…
-Y encima con mi mamá no hablo desde que volvimos de vacaciones. Tuvimos una pelea fea, y me puse mal. No tolero que sea tan agresiva, y menos con G… y para peor cuando nos juntamos a hablar de eso reaccionó como el orto, ni me escuchó y empezó a decirme que yo no la valoraba, que solo recordaba las cosas malas… y cuando me quedé pensando que tal vez tuviera razón… volvió a empezar y me saqué. No pude decirle más nada. Me fui. Y no volví a hablar.
-¿En qué pensas que puede tener razón?
-En eso de que yo me quedo siempre con las escenas feas. No es cierto que ella haya sido una madre horrible. Se saca a veces. Y hay algunas escenas feas… pero la mayoría de las veces no es así. ¿Porqué me quedo siempre con las cosas malas? Con mi papá también. Soy muy rencorosa…
-Qué importante lo que decís.
-Si, pero a ella no se lo pude decir.
-No importa. Lo pensaste. Tal vez tendrías que hablarlo primero con tu papá…
q tema las madres, no? un tema recurrente en terapia! es difícil separar las cosas feas de las buenas, es difícil tener una buena relación. mi madre es una gran madre, pero no puedo evitar sacarme con mucha de sus actitudes. creo q siempre va a ser así!
ResponderEliminarte leo siempre, no siempre comento! muy lindo blog!
besotes!!
Al parecer tengo mucha suerte, siempre se me olvida lo malo... tiendo a querer olvidar... así vivo mejor, sólo lo bueno me sirve lo malo lo desecho. Suerte con tu padre, creo que ahora viene la parte difícil.
ResponderEliminarCariños!!
Euge: A mi me es muy dificil no quedarme con las cosas malas. Pero eso es algo que hay que repensar... Gracias por pasar y comentar!
ResponderEliminarAnónima: Tengo que aprender de vos y olvidar. Lástima que tengo taaan buena memoria.
Besos a las dos.
M.