25 de septiembre de 2011

Ciento treinta y seis.


16 de Agosto de 2011.

Unos días más tarde era hora de hacer el maldito Ecocardiograma. G. estaba impaciente y muerto de la angustia desde que en la segunda ecografía habíamos leído eso del “foco ecogénico cardíaco”, a pesar de que el Obstetra nos había dicho que podía ser algo perfectamente normal. Y un poco yo también. Aunque por algún motivo que todavía no entiendo estaba extrañamente tranquila. Irracionalmente sentía que estaba todo bien. Obviamente el estudio lo íbamos a hacer igual. Habíamos sacado el turno para ese día a las 8.30 de la mañana, media hora antes del turno que teníamos con la Obstetra en la misma clínica. Como siempre, llegamos diez o quince minutos antes, nos anunciamos con la secretaria y nos sentamos a esperar. Yo me moría de sueño y no podía parar de bostezar. Apoyaba mi cabeza en el hombro de G. y cerraba los ojos. Él no se quedaba quieto. Movía el piecito de acá para allá, miraba la hora cada cinco minutos y se lo veía cada vez más ansioso.
-Amor, tranquilizate… acordate que llegamos más temprano…
Pero los minutos pasaban… Y se hacían las ocho y media, las nueve menos cuarto y seguíamos esperando. G. se estaba poniendo francamente nervioso. Sabía que estaba más preocupado por el resultado que por el horario, pero yo me empecé a impacientar también. No íbamos a llegar al turno que teníamos con la Dra. K., que ya nos había visto en el pasillo. Me levanté y le pregunté a la secretaria si la cardióloga no había llegado todavía. Me confirmó que no. No había llegado, pero que no me preocupara que la Dra. K. me podía esperar.
Volví y seguimos esperando unos minutos más.
Hasta que finalmente llegó la Cardióloga y nos llamó. Entramos y me acomodé sobre la camilla para empezar el estudio. Era una ecografía del corazoncito del bebé.
Por suerte la cardióloga era de lo más simpática y apenas entramos nos empezó a dar charla, contando sus experiencias como madre reciente y hablando de los miedos. Nos aflojamos un poco.
-Si, acá está el foco. Pero no parece ser nada, igual voy a revisar un poco más.
Dijo, mientras nos señalaba un puntito blanco en la pantalla, en el corazoncito del bebé. Le pedimos si nos podía explicar de qué se trataba.
-Un foco ecogénico es como una cicatriz en el tejido del corazón del bebé. Pero muchas veces tiene que ver con algo que pasó en las primeras semanas de gestación y que puede no tener consecuencias cardíacas. Solo queda ahí.
Nos contestó mientras seguía mirando el corazón. Miraba que estén todos los ventrículos, las válvulas, examinaba la circulación… para un lado y para el otro.
-No veo ningún problema acá…
Dijo finalmente, y escuché como G. se desinflaba. Al fin se relajaba un poco.
-Se ve todo normal, anatómica y funcionalmente está perfecto. ¿Quieren escucharlo?
Nos preguntó mientras subía el volumen y escuchábamos sus latidos como el galope de un caballo apurado.
-¿Ya saben el sexo?
-Si –contestó G. con el pecho inflado de orgullo- es un varoncito…
-Si, acá se ve… A ver… está acá sentadito, de este lado…
Comentó mientras nos mostraba la figura del bebé de perfil, casi sentado sobre mi costado izquierdo.
-Bueno, está todo perfecto. Lo que sí, no se asusten si después del parto los médicos llaman al cardiólogo para que lo revisemos. Es normal con este antecedente. Pero no hay motivos para preocuparse.
Le agradecimos sinceramente y salimos aliviados, con los resultados del estudio para ver a la Dra. K.

4 comentarios:

  1. Uff que bueno que después de tanta espera haya valido la pena!!
    Sinceramente leí rápido hasta la parte en la que dice "-No veo ningún problema acá…" y ahi relajé y volví a leer desde el principio, me imagino cómo habrán estado ustedes!
    Muchas felicitaciones! Parece que Oliverio viene con todas las ganas :)
    Un beso grande ♥

    ResponderEliminar
  2. Chivi: Gracias! Creo que ahí nos relajamos todos.
    Besos!

    M.

    ResponderEliminar
  3. Las salas de espera son siempre tan demoradas... lo peor es que a veces uno está tan pendiente de cómo va a ser la visita al médico que ni siquiera sirve decir "me llevo un libro para leer", la atención está definitivamente en otro lado.

    ResponderEliminar
  4. La Lectora: es cierto, los libros quedan en la cartera, y nada peor que las revistitas de "Paternidad" que hay en las salas de espera, patéticas!!

    Besos

    M.

    ResponderEliminar

Sacate las ganas y decilo...