18 de octubre de 2011

Ciento cuarenta y uno.

Agosto de 2011.
Finalmente subimos al auto y partimos rumbo a Capital. Durante el trayecto G. y Mi Madre seguían hablando de posibilidades, de muebles y arreglos. Se los escuchaba entusiasmados. O tal vez solo lo hacían pensando en mí. No se. Pero yo tenía cada vez más dudas. Los números no me daban, y no me imaginaba viviendo tan sola y tan lejos de todos los que quiero en un lugar tan frío y enorme. No sé porqué que pero siempre me gustaron más los lugares más chiquitos, más cálidos, más luminosos. Además no me imaginaba viviendo en una casa. Toda mi vida viví en un departamento y la verdad es que me da cierta tranquilidad, sobre todo si voy a estar sola con un bebé, saber que no estoy tan sola. Que está el portero, que están los vecinos.
La cosa era que no me imaginaba. Me acordaba cuando fui a ver por primera vez mi actual departamento, hace más de seis años. Era un lugar mínimo, interno, sin balcón. Pero tenía una cocinita blanca, luminosa, cálida. Era un lugar en el que desde el primer momento me había imaginado viviendo. Y lo señé en el momento, casi sin pensarlo. Después me entraron las dudas, y creí haber cometido el peor error de mi vida, como me pasa con toda decisión importante. Pero la verdad es que nunca me arrepentí. Había amado vivir en ese lugar. Me había sentido muy cómoda y era la primera vez en mi vida que me había sentido en Mi Casa. Y cómo dolía pensar que tenía que dejarlo. Aunque ya no entráramos. Aunque viviéramos apretados y los vecinos estuvieran cada vez más insoportables. Aunque supiera que el cambio era para mejor. No era fácil.
Fuimos a almorzar a una parrillita, al sol. G. y Mi Madre seguían debatiendo qué muebles había que comprar primero. Y yo no podía dejar de pensar ¿Con qué plata?? ¿Si íbamos a tener que pedir prestado hasta para la seña? Pero no decía nada. La garganta se me cerraba cada vez más y cuando ellos no miraban se me caía una lagrimita. Pero no decía nada.
Terminamos de comer y finalmente nos fuimos para casa. Abrí la puerta, saludé a mis gatos, y así nomás, vestida como estaba me metí en la cama y me tapé con el acolchado hasta la cabeza. Y lloré, lloré y lloré. Primero despacito. Después cada vez más fuerte. Necesitaba llorar. No podía hacer otra cosa.
G. me miraba atónito, no entendía nada. Pero yo no podía hablar. Solo balbuceaba
-Dejame llorar un rato.
Mientras él puteaba, preguntaba, iba y venía. No me entendía. Y la verdad es que yo tampoco. Tenía tantas cosas en la cabeza al mismo tiempo que solo podía llorar. El embarazo, el trabajo, la casa, la mudanza, las deudas, el futuro, las miles de dudas. El bancarme las caras de culo de él por tener que irnos tan lejos, las preguntas acerca de si eso no iba a terminar por distanciarnos. El caer en la cuenta que iba a estar lejos de todo y todos los que quería, el sentirme tan, tan sola. Sola con las decisiones, sola con las responsabilidades. Era demasiado para mí. Y supongo que encima la panza me tenía un poco más sensible.
Lloré y lloré y lloré. Como diría Girondo Lloré a lágrima viva, lloré a mares. Pero G. no se bancaba no entender y yo no podía explicarle. No en ese momento en que todavía no entendía.
Se enojó. Y terminamos peleándonos mal. A los gritos.
Agarré las llaves me fui, así como estaba, como siempre que nos peleamos. Me enojo y siento que me falta el aire, que necesito salir. Me senté en la vereda, en la puerta del edificio y seguí llorando un rato más.
Hasta que me dio frío.

5 comentarios:

  1. Hola Mañosita!
    Te entiendo totalmente, hay veces que sentís que las preocupaciones te superan y llorás.
    G tiene que leer urgente Los hombres son de Marte y las mujeres son de Venus, en la primera hoja te dice que cuando una mujer llora necesita un abrazo, no es porque él haya hecho algo mal. Es un malentendido típico.

    La casa no suena tan mal!

    Besos,
    Michellines

    ResponderEliminar
  2. Ufa! estaba esperando el último post para felicitarte por tu embarazo y leo esto! (pero bue! felicitaciones!)
    Yo se que estas muy preocupada pero seguramente se va a arreglar todo, vas a ver!! a tener confianza en la familia que estan formando!
    animos! un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Mañi que pasó? No escribís más?
    Extraño leerte :(
    Espero que todo esté bien
    Besitos

    ResponderEliminar
  4. Michellines: Creo que lo que a ellos los pone locos es no entender. Son como más pragmáticos que nosotras ¿No? Y la casa... no, no estaba tan mal. Pero no me gustó.

    Ati!: Gracias!! :D ya todo está empezando a resolverse. Aunque surgen otras complicaciones, como siempre.

    Chivi: Pasó que me mudé, estoy con miles de cosas que hacer en el nuevo depto, más consultas a obstetra, partera, pediatras, curso de preparto, estudios, comprar cosas de bebé y encima mucho, mucho trabajo!!!! Pero en cuanto pueda voy a ir poniendome al día. ¡Gracias por estar!!

    Hadazul: Pasó lo de siempre. Gritos, puteadas, amenazas (de mi parte) y después un abrazo y un te amo y todo pasa.

    Besos a las 4

    M.

    ResponderEliminar

Sacate las ganas y decilo...